Por JESÚS REINA La Málaga mutante, cambiante y de callejas empedradas, la que supeditaba su vida al puerto, a las ventas del cenachero, las jábegas descascarillás por el salitre y las kermesses florales de las familias de bien, ha vivido acordonada en más de una ocasión. En 1833, llegaba la noticia de que la epidemia de […]