En In Terra, Vicente Holgado se sumerge en ese nuevo mundo que surge cuando la ausencia de agua va descubriendo nuevas formas, nuevos colores o su pérdida, incluso esa actitud que los diferentes elementos con los que elabora sus trabajos van tomando a medida que pasan de un estadio a otro
Desde el título del proyecto hasta sus últimas consecuencias, Vicente Holgado se sumerge en un mundo que bajo sus pies discurre aparentemente seco y sin vida.
Junto a la exuberante belleza de las flores frescas hay siempre un tallo quebradizo, una raíz desnuda o bien, otras flores muertas que como vanitas naturales hablan del paso del tiempo y por lo tanto de nuestra corta existencia. Es este un tema al que Holgado vuelve e insiste una y otra vez en toda su obra y si bien la sutileza de las formas ha impregnado sus anteriores muestras, esta vez se sumerge en ese nuevo mundo que surge cuando la ausencia de agua va descubriendo nuevas formas, nuevos colores o su pérdida, incluso esa actitud que los diferentes elementos con los que elabora sus trabajos van tomando a medida que pasan de un estadio a otro. Esa rigidez sin peso con la que las plantas claman, reclaman su resistencia a desaparecer y con ello sobre nuestra propia permanencia.