La muestra hace un recorrido desde las calles de Guangdong, donde el artista va a vivir una serie de experiencias vitales como artista y como ser humano, hasta Málaga, ciudad donde reside.
Navas retrata una suerte de instantes en multitudes humanas que recorren las calles de diferentes ciudades. El no lugar que aparece en los cuadros de Navas es un paisaje efímero, un segundo atrapado que es también, sin lugar a dudas, la constancia de que nada volverá a ser igual, una metáfora del viaje, del ciclo vital o, lo que es lo mismo, de nuestra propia existencia.
La tinta china, una técnica aprendida por el artista en su recorrido por China, y el óleo son los soportes formales con los que Sebastián Navas ha realizado este proyecto expositivo.