La Sociedad Fotográfica de Málaga (SFM) se ha consolidado como uno de los principales referentes de la cultura fotográfica de Málaga, tanto por su calidad y variedad temática, como por el número socios que, en estos momentos, se aproxima al doble centenar
Históricamente, la evolución de los seres vivos se realiza comparando distintos hitos temporales y con ellos se llega a las conclusiones oportunas.
Como no puede ser de otra manera, eso mismo ocurre si queremos analizar la evolución de la Sociedad Fotográfica de Málaga (SFM), y no hay mejores hitos que visionar los siete catálogos correspondientes al mismo número de ediciones expositivas que la agrupación fotográfica ha realizado, consecutivamente, en el Ateneo de Málaga.
Si empezamos por la primera edición, donde solo estaban presentes quince autores, con una reducida variedad temática, hasta llegar a los treinta y seis fotógrafos que participan en esta séptima muestra, pasando por los cinco años intermedios, la evolución, tanto en la participación como en la variedad temática, son altamente significativa.
La SFM se ha consolidado como uno de los principales referentes de la cultura fotográfica de Málaga, tanto por su calidad y variedad temática, como por el número socios que, en estos momentos, se aproxima al doble centenar.
Esa aportación a la fotografía malagueña le ha servido para convertirse en una referencia no sólo en el ámbito provincial, donde ha firmado acuerdos de correspondencia y colaboración con las asociaciones más representativas de la provincia, como Colectivo Imagen de Fuengirola o la Agrupación Fotográfica Antequerana, sino también a nivel de la Comunidad Autónoma Andaluza, donde ha contribuido de manera comprometida en la reactivación de la Federación Andaluza de Fotografía, con la implicación de varios de sus socios en el equipo directivo de dicha institución autonómica.
Con todos estos mimbres y la ilusión y participación altruista de muchos, después de siete años, llegamos a esta muestra, donde contamos con el mayor número de participantes de su historia,a pesar de reducir numéricamente las obras expuestas por motivos de espacio, y la más amplia variedad temática, donde podemos recrearnos con aportaciones en fotografía de viajes, retrato, de paisaje, de paisaje urbano, nocturna, bodegón, creativa, minimalista o conceptual, en blanco y negro o color, y digital o argéntica.
«Como presidente de la Sociedad Fotográfica de Málaga, me siento muy orgulloso de su exitosa evolución en tan corto periodo de tiempo, y quiero compartirlo con todos los socios y aficionados a esta disciplina artística, así como con los socios del Ateneo de Málaga, sin cuya colaboración y apoyo hubiera sido muy difícil poner en marcha aquel ilusionante proyecto. Esta sociedad será lo que sus socios quieran que sea y, de momento, hay una mayoría de socios que quieren que siga creciendo, que siga siendo un referente en la cultura malagueña, su provincia y en toda Andalucía y que pueda seguir representando a nuestra ciudad por todo el territorio nacional e internacional».
Antonio García Redondo