Por AÏDA ROMERO INGLADA En aquellas calles jamás se ponía el sol. La amplia avenida frente a mí, con los adoquines brillantes y pulcramente colocados, las farolas rasgando el firmamento y los comercios rebosantes de alegría y risas contagiosas. La arteria principal de Málaga, aquella que se hace llamar la calle de Larios, amanecía repleta de […]