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BOQUERONES A LA DERIVA: La Farola

Por RAFAEL SANTANA (Boquerón en el exilio)

Torre vigía.

Sube hasta lo más alto.

Despliega tus alas.

Guíanos con tu luz.

Que la más alta oscuridad nos acecha, la oscuridad que muele las piedras, para convertirlas en asfalto estéril, en cemento gris, para levantar paredes que nos impidan ver más allá del horizonte, la oscuridad que poco a poco todo lo envuelve.

Así que, no te engalanes todavía.

Que el perfume del jazmín de la biznaga, no embriague tus sentidos.

Aún tienes que brillar, Farola mía.

Pon tu “gas” a punto.

Hincha tus velas al viento y sopla, clara y esbelta.

Que aún los marineros no se han echado a la mar.

Alumbra con tu luz la oscuridad que se avecina.

Pon tu sol en los corazones de aquellos que solo traen oscuridad.

Que quieren cubrir con su manto gris, toda la luz antigua del mundo, que nos hizo hijo de este paraíso. Málaga ciudad del paraíso, que diría el poeta.

Ciudad de velas y versos. De poetas y sueños. De amores y duelos.

Málaga mía, que te levantas del sueño de los mortales, de las tierras hoyadas conquista tras conquista, desde antaño. Que llamas a mi memoria para que no me olvide de ti.

Para que levante mi voz contra los que quieren vender tu suelo a la especulación y la impudicia del capitalismo más salvaje.

Mientras, la tarde va cayendo, volviendo más intenso el azul del mar, que se va con el poniente. Me asomo al muelle, veo los peces nadar tranquilamente en sus aguas.

Más allá, se recorta la figura de la “manquita” y la fortaleza de la alcazaba comienza a iluminarse. Qué tiempos aquellos de los andalusíes, que atracaban sus embarcaciones hasta el mismo muelle de la aduana, cuando aún el parque era solo el sueño de su creador.

Hoy un gran proyecto de rascacielos en el mismo muelle, puede arrebatarnos esa línea del horizonte. Solo por la codicia de algunos, por la avaricia desmedida del poderoso caballero “don dinero”.

Oh Farola, Farola mía, Farola de todas y todos.

Farola que sí alumbras, porque estas llena de “gas”, henchida de gozo, al vernos caminar juntos, de la misma mano, en la misma dirección, a favor del mismo viento, en pos del mismo cuidado. El cuidado de este Planeta en el que viajamos juntos.

Sumando belleza,

sumando alegría,

sumando igualdad.

¡Sumando dignidad!

Cuidando de que la belleza se instale en nuestros corazones, en detrimento de la fealdad.

Me espumas, soleada.

Enalteces mi alma.

Limpias mi corazón de alborada.

Calientas mi sangre azul marengo que se vuelve escarcha.

Bajo la luz tenue de tu “luz de gas”,

me pongo a bailar desnudo bajo las estrellas.

Me siento lleno de gozo,

porque no me cabe más corazón dentro del cuerpo.

Sólo

me cobijo,

a la luz de tu farola,

mi Farola,

nuestra Farola.

“DERIVAS. Extravíos en la ciudad del paraíso” es un proyecto creado y dirigido por Lidia Bravo y Vicky Molina

Vocalía ACCIÓN LITERARIA

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