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BOQUERONES A LA DERIVA: Evassion

Por SARASQUETA

Es domingo por la tarde. Observo a Álex volviendo en el Talgo a Córdoba. Se está quedando dormido. Es marzo de 2002. A su lado, su madre. Está un poco disgustada con él. Le dice que tiene la cara verde. No ha ido a ver al abuelo. Tiene un año menos que mi hija. Este curso ha entrado en la Universidad. No fue a instituto. El cambio ha sido todo un éxtasis. Amistades nuevas. Chicas a las que gustar. Lo ha pasado bien en la fiesta. En el Palacio de Deportes. Es alto, delgado. Lleva varios pendientes. Cuando despierta se encuentra una notita de Clara, que va en el mismo vagón. Le deja su teléfono. Lo guarda en el bolsillo. Se lo esconde a sí mismo.

Su hermano le ha dejado el piso de calle Carretería. Va con Miguelito, primer amigo de la infancia. La idea de la macro fiesta les excita. Hacen botellón en la Plaza de la Merced. La policía de paisano les pide la documentación. Otros chicos se mofan. Parece ser que los policías no son tales.  Menudos majarones.

Tachan palitos en la pizarra del salón. Cuando llegan a cinco, hacen la raya en diagonal. Como en las películas. Casi llegan a treinta. Van anotando todo lo que se fuman. Usan la pipa que les trajo Coco. Cuando estuvo en Bosnia. Con la OTAN. Luego les entra el hambre. Cenan bocadillo de chocolate con leche condensada.

La tarde de antes deciden subir a la Alcazaba. Sol. Sudaderas amarillas con tribales. Están nerviosos, ilusionados. DJ Anushka les espera la noche siguiente. Se hacen fotos. Luego las cuelga en el corcho de su cuarto, en Córdoba. No se siente feliz con el corcho. Sólo imita. Todo el mundo tiene uno. No se siente relajado en casa. Su padre no es cariñoso. Comprensivo. No trata bien. No quiere reconocerse que lo mejor es que él no esté.

Pasan por el Parque. Cerca de donde yo trabajaba. De camino, otro joven les increpa:

– ¡En pleno invierno y con camiseta de manga corta! –Ojalá él se atreviera a hablarle así a los canis, piensa. Deciden dejar los chaquetones en casa. Una preocupación menos. Sólo quieren sentir el éxtasis de la fiesta.

Un compañero del colegio, un año mayor, le contará luego que le robaron la entrada. En la misma cola. A punta de navaja. No quiso jugársela.

Álex encuentra dentro a sus conocidos de Córdoba. Con los que hace botellón los viernes. No siente amistad por ellos. Sólo les une la noche. Se relaja. Quiere coger a Faco en brazos. No sabe lo que siente por él. No sabe lo que siente por Clara.

Muchas elecciones se abren ante Álex. Espero que opte por las que son buenas para él. No como las que tomó, dos años antes, el comando del joven Jon, quien hasta en seis ocasiones, en una noche de biznaga, hizo mucho ruido poniendo a mi vida fin.

FOTO: Malaga´s nebula, fotografía analógica realizada con cámara estenopeica, de Ignacio del Río  (incluida en la publicación “Derivas”).

Seguimos publicando las propuestas ciudadanas seleccionadas con motivo de “DERIVAS. Extravíos en la ciudad del paraíso”, proyecto creado y dirigido por Vicky Molina y Lidia Bravo

Vocalía ACCIÓN LITERARIA

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