Ver todas las entradas

Érase una vez… Ginger

Por VICKY MOLINA

Érase una vez una niñita que no vivía en un País Lejano sino en este, más concretamente en el Barrio de la Paz de Málaga. La niña leía y leía a los hermanos Grimm, Dickens o Andersen hasta que un buen día se hizo mayor y sus manos se transformaron en unos enormes pinceles mágicos de los que brotó la creatividad más singular e inquietante que se pueda imaginar. Aquella niña se llamaba Encarni Díaz, hoy conocida en el Reino de las Artes como Ginger.

Enamorada del Surrealismo Pop, ha hecho suyo este estilo plagando sus cuadros de libros, animales portadores de la emoción, cuerpos incompletos, sin rostros, que se completan desde el espejo de quien los mira, cerraduras y llaves que abren y cierran etapas, expectativas, esperanzas. Como explica la artista sobre sus referentes, “me inspiran mucho algunos pintores popsurrealistas de la escena actual, más que por su técnica o el  mundo que representan en su trabajo, por lo que me hacen sentir cuando veo sus obras, por ser capaces de hacerme soñar y querer saber más de ese universo que han creado, tengo la suerte de conocer a algunos y a mí me dan mucha fuerza para seguir construyendo mi propio universo. Yo quiero que la gente sienta lo mismo al observar mi trabajo”.

Sin duda, las referencias literarias son señas de identidad en sus cuadros, como explica Ginger, “los libros son un guiño a cómo empezó mi pasión por lo fantástico y lo inquietante. Desde muy pequeña mi madre me compraba libros para que me aficionara a la lectura. Los primeros fueron de Andersen o los hermanos Grimm, no son para nada historias infantiles, pero cuando yo era pequeña las cosas no eran tan políticamente correctas y no había tantos «filtros». Me fascinaban esas historias cargadas de simbología, macabras, incluso crueles, había muerte, enfermedad, culpa, castigo, religión y a la vez mucha fantasía… En el siglo XVIII y XIX la vida era muy dura y los cuentos servían para atemorizar a los niños y que aprendieran a sobrevivir. Ese fue mi primer contacto con la fantasía, unos años más tarde me apunté a la biblioteca de mi barrio para poder seguir descubriendo historias fantásticas y allí pasé gran parte de mi infancia y adolescencia, leyendo libros de aventuras. Para mí fue la mejor época de mi vida y el porqué de mi mundo interior, por eso aparecen tan a menudo en mi trabajo”. Como también son santo y seña iconos de su infancia como gremlins, figuritas de Pin y Pon o el Dragón de “La Historia Interminable”, entre muchos otros.

Esta artista autodidacta ha conseguido dar el salto a la escena internacional cumpliendo así parte de sus sueños con exposiciones en Estados Unidos –donde ha expuesto en más de veinte ocasiones-, Australia, Alemania, Italia… y ha hecho cuatro muestras en solitario y “he conocido a gente maravillosa gracias a la pintura”, indica.

Díaz reconoce que la pintura no le da para comer muchas perdices: “Es cierto que vendo de vez en cuando, pero no como para que pueda dedicarme solo a ello. Yo tengo junto con mi pareja un estudio de tatuajes, «Trece Tattoo Torremolinos», donde soy anilladora y recepcionista desde hace unos diez años. A pintar me dedico en mi tiempo libre, que son básicamente las noches, cuando llego de trabajar”.

Ahora Encarni Díaz quiere centrar toda su energía en su próximo objetivo: un monográfico con sus obras favoritas, que espera salga en 2019, además de participar en varias exposiciones en Estados Unidos también este año, “aunque mi plan es centrarme en el monográfico, es lo que más ilusión me hace”, aclara. En las noches oscuras Ginger seguirá exorcizando miedos e inquietudes, seguirá devorando libros y películas de Ciencia Ficción y Terror, seguirá moviendo su pincel mágico ante un lienzo ingenuamente blanco para tatuarnos en la mirada un mundo al que querremos volver, eso sí, no estaría mal que nos dejara una de sus llaves a mano.

Hasta el 1 de febrero puede visitarse la exposición de esta artista “La habitación de la memoria”, en la Escuela de Arte de San Telmo

VOCALÍA DE ACCIÓN LITERARIA DEL ATENEO DE MÁLAGA

Deja tu comentario