Por RAFAEL PORRAS ESTRADA
Texto seleccionado en el Concurso de Relatos “El amor en los tiempos de la guerra”, exclusivo para los Clubes de Escritura del Ateneo de Málaga Párrafos Atenienses y Atenea Inspira
¡Abrazaos millones de hermanos!
¡Que este beso envuelva al mundo entero!
(Friedrich von Schiller)
Era domingo en Lviv, sentados en el jardín del psiquiátrico, el sol, se demoraba en lo alto de la torre; oculto, esperando mi marcha, para acariciarle su rostro.
Violeta, no llores—le dije. No mires atrás, el pasado no existe, se ha despeñado.
La dejé con tanto dolor, que la sangre cuajaba en mis venas.
Después regresé al frente, a esa zanja de osamentas, fangal de odio y tremolar de banderas.
Leo sus cartas, y le escribo con la esperanza que mi canto la alegre.
¿Cómo no decirle?… la primavera es invierno, las ramas están podridas de muerte, que
el hermano es mi enemigo, que soy barro abandonado a su suerte.
Le escribiré como un poeta adolescente: —Violeta, tu amor me reconforta sobre cualquier cosa. Agotado estoy, casi muerto, pero hasta en las cenizas de las hogueras hay vida, bastaría un soplo de tu boca. Se ha levantado el sol, las nubes van a ti presurosas con su hálito de oro rojo. A este lado, las sombras han cubierto cualquier atisbo de belleza. No dejo de pensar en ti, en ningún momento—.
¡Oh hombres de ideales negros y corazones envenenados! ¿Por qué me retenéis?
Cuando la bala me rozó la frente, y la sangre me endulzó el labio, comprendí que no voy a ningún sitio; que es la muerte, la que viene, como una amante inesperada.
VOCALÍA ACCIÓN LITERARIA
Me sorprende gratamente mi entusiasmo al leer tus relatos. Me imagino que será por tu gran capacidad para transmitir momentos y emociones. Espero con impaciencia tus creaciones.
Gracias por tu tiempo dedicado a la escritura. Un abrazo.
Estupendo y emotivo relato, Rafael. ¡Enhorabuena!