Publicamos uno de los relatos ganadores de la segunda edición, con motivo del conflicto de Gaza y Ucrania, así como de todas las guerras que estén activas en la actualidad, con el lema “No a la guerra”. Dirigido a los escritores de los Clubes “Atenea Inspira” y “Letras Malacitanas y organizado por Vicky Molina, Vocal de Acción Literaria
Por ELVIRA MATEOS
Un fantasma recorre Europa, horadando la cabecera del informativo matinal y viciando nuestros hogares con el olor infecto del sudor y la carroña, cerremos pronto las fronteras.
“Estos son los titulares de hoy”, el horror se hace casi cotidiano, extendemos sangre en las tostadas, bebemos café caliente. “Damos paso a nuestro corresponsal”, al otro lado de la pantalla cuentan muertos en lugares que rebasan la periferia de las tragedias que lacerarán nuestra memoria (olvidar es cuestión de tiempo y distancia).
Dios no ha muerto, sólo juega a ignorar su desastre.
Y el cronista aguantando la náusea.
Y el ruido saliéndonos por la boca como un vómito.
“A continuación, la previsión meteorológica”, acotamos el trato con ese llanto en lengua extranjera, que nos queda demasiado lejos, fregamos la taza y el cuchillo de untar, y salimos a nuestras calles donde los días no duelen.
* * *
Un fantasma recorre Europa, con cuidado cierro las ventanas para que su hedor no te despierte. La luz de la mañana se refleja en los cristales, traviesa, y con ánimo de artista dibuja surcos sobre el puente de tu nariz y en tus mejillas rosadas.
Dios no ha muerto, sólo descansa sobre tu pecho.
El café humea en la taza, al otro lado de la pantalla cuentan muertos en lengua extranjera mientras dejo que se temple.
“Damos paso a nuestro corresponsal”, de pronto arrugas la frente y lloras pidiendo alimento, te cojo en brazos al tiempo que una mujer empapada en sangre hace lo propio con otro pequeño bultito envuelto en mantas que no se mueve.
Y el ruido subiéndome por la garganta como una arcada.
“Devolvemos la conexión”, tus mejillas se inflan como dos pequeños globos, la leche resbala sinuosa por tu barbilla. Sobre tu frente rompe una lágrima, y después otra, separas de mí tu boca y me miras con inocencia párvula: el horror aún no se ha vuelto cotidiano para ti.
Una voz anuncia los próximos estrenos cinematográficos, otra vaticina lluvia para el fin de semana, el café hace rato que se ha enfriado; te aprieto contra mi cara y aspiro el aroma dulzón que emana tu cuerpo, debo hacerte cosquillas porque de repente rompes a reír.
Dios no ha muerto, sólo juega a iluminar tu sonrisa.
Te acuesto nuevamente y friego la taza vacía, la culpa impregnando las gracias por pertenecer a ese otro lado donde los días no duelen, aunque la imagen de ese bultito inerte tardará algo más en rebasar la periferia de mi memoria (recordar es cuestión de esfuerzo y de trauma).
Podrías haber sido tú. Podría haber sido yo.
Y el corresponsal aguantando la náusea.
VOCALÍA ACCIÓN LITERARIA