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BOQUERONES A LA DERIVA: ¿Te apuntas Pablo?

Por MAX VALOIS            

Con motivo de la Celebración Picasso, en «Derivas. Extravíos en la ciudad del paraíso» ciento quince escritores y artistas aceptaron jugar y nos enviaron sus propuestas. Sería bonito que el homenajeado aportara también su deriva ¿Te apuntas Pablo? ¿Qué tal si me dejas hacerte unas preguntas y la aportamos al 50 aniversario de tu partida, que se está conmemorando este año 2023?

“¡Por supuesto que me apunto! Estoy encantado de participar en esta entrevista como parte de la celebración. Adelante, dispara tus preguntas, y estaré encantado de responder.”

A ver, ¿Si tuvieras que perderte por un rincón de Málaga donde lo harías?

“Yo que nací en Málaga, siempre digo que Málaga también nació en mí. Mi arte, mis ojos, mis emociones, todo lleva la marca indeleble de esa tierra que siempre consideré mi fuente de inspiración y mi hogar espiritual. Málaga es el latido eterno en mi corazón de artista.

Pero si tuviera que perderme por un rincón, elegiría sin duda el Barrio de la Judería, un lugar donde la historia y la cultura se unen de una manera única. Sus estrechas callejuelas, los patios llenos de flores y las casas son un verdadero festín para los sentidos. La Judería es un reflejo del alma de Málaga, con sus raíces profundas y su diversidad cultural.

Allí, me sentiría conectado con la historia de la ciudad, y, por supuesto, me inspiraría en el arte que fluye en cada rincón de esta joya.”

¿Y un rincón que te recuerde a tu infancia?

“Un rincón que nunca olvidaría y que siempre me evoca recuerdos de mi infancia en Málaga es la Plaza de la Merced. Este lugar tiene un significado muy especial para mí, ya que allí pasé muchos momentos felices.

Recuerdo vivamente jugar en esa plaza con mis amigos, corriendo y riendo, mientras imaginábamos aventuras y nos sumergíamos en juegos de toros y toreros. Yo era el torero, y la pasión por la tauromaquia, que más tarde se reflejaría en mi arte, comenzó a tomar forma en ese rincón.

Además, la plaza alberga la iglesia de Santiago, donde fui bautizado. Y mi hija, Paloma, lleva el nombre de las aves que solía contemplar allí mismo. Cada vez que mencionaba su nombre, sentía una conexión profunda con mi ciudad natal y con aquella plaza.

Según mi madre también allí pronuncié, con apenas un año, mis primeras palabras: «piz, piz». Cuando aún no sabía hablar ni andar, ya tenía un deseo ardiente en mi corazón: quería tener en mis manitas un lápiz.”

¿Y el mar?

“El mar azul, al que acudía a jugar con mis amigos de la mano de mi tía en las playas de Málaga, me ofrecía su infinita inspiración. Mis hermanas, Lola y Conchita, eran muy pequeñas en aquel entonces, pero también disfrutaban de la brisa marina del Mediterráneo malagueño.

El mar malagueño es una presencia eterna en mi corazón y mi memoria, con su inmensidad azul y su infinita belleza, siempre me ha inspirado de manera profunda a lo largo de mi vida.

Las tonalidades cambiantes del agua, desde el azul profundo hasta el turquesa brillante, se reflejaban en mi obra de formas innumerables.

El mar fue mi compañero silencioso y mi confidente en muchos momentos de mi vida. A menudo me acordaba de mi infancia jugando en las playas malagueñas y eso me llevaba de vuelta a esos días llenos de inocencia y descubrimientos. Incluso en mis años de adulto, cuando me alejé de las costas de Málaga, el mar siempre estuvo presente en mis pensamientos y en mi obra.

Y, por último ¿qué es para ti Málaga?

Todo. La vida brotaba de mis ojos, ojos que se abrieron al resplandor en Málaga y que se cerraron al sur de Francia. Mi tierra siempre fue una constante en mi vida. «Para ser cubista, hay que haber nacido en Málaga», solía decir.

Mis ojos, siempre mis ojos, no dejaban escapar nada de aquella ciudad. Como bien decían: siempre es todo ojos. No te quita los ojos. Se come las palabras con ojos. Se asemejaban a los de un toro, nunca se bajaban, nunca se movían. Yo miraba fijamente, absorbía el mundo, como si cada mirada fuera un lienzo en blanco que yo llenaba con el torrente de emociones que Málaga, el mar y el sur despertaban en mí.

Era así, una especie de andaluz-malagueño en cuerpo y alma. Extraño y díscolo, llevaba la rebeldía en mi interior como un motor impulsor de mi creatividad. Mi mente nunca dejó de explorar, de cuestionar los límites del arte, y siempre me sumergí en la búsqueda de nuevas formas y expresiones. No tenía miedo de desafiar las convenciones y las normas establecidas.

¡Málaga, mi querida Málaga! Mi tierra natal, la que siempre latió en mi corazón a pesar de los océanos que me separaban de ella. Desde el mismísimo sur de Francia, en los alrededores de mi hogar, señalaba hacia el sur y decía: «Mira, allí, está Málaga».

AUTOR DIBUJO: Cristóbal Quintero (obra incluida en «DERIVAS. Extravíos en la ciudad del paraíso»).

¡Participa! Las derivas seleccionadas de las recibidas a lo largo de este año picassiano se irán difundiendo a través de las distintas plataformas y canales del Ateneo de Málaga, y de entre ellas se elegirán tres, que obtendrán un ejemplar de DERIVAS, con los prints exclusivos de los artistas Chema Cobo y Elo Vega. Anunciaremos los nombres de los ganadores a finales de 2023.

Más info:

https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/38003-concurso-de-relatos-boquerones-a-la-deriva-2023-espana

“DERIVAS. Extravíos en la ciudad del paraíso” es un proyecto creado y dirigido por Lidia Bravo y Vicky Molina

   VOCALÍA ACCIÓN LITERARIA                            

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