Por ASUNCIÓN CABELLO LÓPEZ Amanece nublado. A ella le da igual. Está decidida. Se enfunda un vestido estrangulador de sus sobradas carnes, velo opaco sobre cara circular, tacones altos, guantes oscuros, uñas carbón. Mira su imagen frente al espejo de acuerpo, «perfecta, estás que te sales». Coge un ramo de crisantemo secos, que deja colgar […]
